Dios bendice al dador alegre, y se regocija cuando por obediencia practicamos el dar con alegría, no esperando recompensa o por necesidad. 

 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquias 3:10

.Aunque algunas veces se nos hace difícil creerle a Dios y pensamos que si nos desprendemos de algo, más adelante nos veremos en necesidad; lo que debemos comprender y tener siempre presente es, los pensamientos de Dios no son los nuestros. Dios quiere bendecirnos y por eso nos demanda obediencia a su palabra, la cual nos instruye en todas las áreas de nuestra vida.
Debemos comprender que si hemos propuesto en nuestro corazón el dar, ha sido porque Dios puso en nosotros el pensamiento de entregar algo que poseemos que El nos ha permitido obtener.
El es quien nos ayuda y nos protege, sin embargo algunas veces demanda de nosotros realizar determinada acción que a nosotros nos parece demasiado y subestimamos el pedido de Dios, decimos o pensamos: porque no lo hace otra persona! Yo no tengo la capacidad! No está a mi alcance! No puedo hacerlo!, etc.

Dios nos hace aptos para ser de bendición espiritual y servir con alegria, nos bendice materialmente, y aún antes de ver la necesidad El nos ha bendecido para satisfacer la necesidad y no solo eso, nos da la oportunidad de ser de bendición.

Vivimos por fe, esperando lo que no vemos y confiando en quien no hemos visto físicamente; pero lo vemos obrando en las diferentes situaciones que nos llegan y hay muchas ocasiónes de las cuales no nos damos cuenta, pero El ha estado ahí para brindarnos su protección divina.
Si eres nuevo creyente, te animo a confiar en El, dar a Dios lo que corresponde a El, y cuando ponga el deseo en tu corazón de dar a otro probablemente lo que tu mismo necesitas, obedece al llamado y entrega con alegria no pensando en que Dios te recompensará, si no porque harás feliz a tu prójimo. Dios se encargará del resto para que nada falte en tu casa.

La primera bendición que recibimos siempre es y será Bendición Espiritual, recibida inmediatamente después de haber aceptado a Jesucristo; seguidamente Bendición Física, nos coloca en una posición de privilegio, no para ser servidos; sino para servir; seguido a las dos; Bendición Material, El es el proveedor desde lo más mínimo, hasta lo que más significado tiene. Nada de lo que lleguemos a poseer es por nuestro propio esfuerzo.

No hay que perder de vista que estando bajo la cobertura de Dios, a parte de la bendición Espiritual, vendrán las otras dos bendiciones, no para presumir o pensar en si mismo, si no más bien para servir y bendecir.

Recuerdo una conversación de hace muchos años atrás, con una compañera de trabajo:
Teníamos una excelente compañera de trabajo, con menos privilegio que nosotras, muy responsable en sus funciones y bastante reservaba. Un día ella necesitó un dinero extra para suplir una necesidad, para sorpresa mía me buscó a mí. Cómo era una cantidad que yo no tenía conmigo, acudí a una amiga para que la ayudáramos y le pregunté si ella podía proveerme la diferencia y entregar la cantidad que nuestra compañera necesitaba.
Nunca olvidaré lo que dijo mi amiga: “que bendición que ella tuviera la confianza de venir con usted y pedir su ayuda”.

Si tomamos las oportunidades para ayudar a otros como una bendición, entonces veremos claramente que Dios nos ha bendecido para bendecir y nos producirá mucha alegría el poder ayudar a otros sin pensar que es una carga la que nos ha llegado.

Si alguien llega a nosotros para pedir alguna clase de una ayuda, debemos considerarnos bendecidos!

Primero porque poseemos lo que el otro necesita y nos permite ser de bendición, segundo, porque se nos da la oportunidad de bendecir a alguien sin esperar nada a cambio.

Esa es la forma en que Dios trabaja, cuándo bendecimos a otros, Dios nos bendice a nosotros doblemente; Siempre y cuando lo hacemos con un corazón alegre, no entregando algo porque tenemos necesidad de que Dios nos bendiga, sino porque realmente nos alegra hacer felices a otros. Dios lo Toma en cuenta y su palabra nos dice que es como si lo hubiéramos hecho con El.

Dios no se queda con nada, el siempre bendice al dador alegre!

sabemos que muchas son las bendiciones recibidas, si deseas compartir tu testimonio o si deseas oración, ve a contactos y escríbemos