Quienes Somos

Somos un equipo de trabajo comprometidas al servicio del Señor. Mi hija Tania, interrumpió su carrera de Relaciones Internacionales, ahora muy bendecida; casada con un siervo de Dios y cinco hermosos hijos. Es ella quién traduce mientras yo escribo lo que el Señor quiere ministrar a mis lectores. Yo una sierva inútil, que dejando todo lo que Dios había colocado en mis manos; me moví a este país maravilloso a comenzar de cero. Todo  para servirle de manera que le agrade a El y trabajar en su obra, según sea su voluntad. No estoy sola en este trabajo me acompaña mi amado esposo Carlos y mis dos hijos solteros Karla y Carlos a quienes amo y dedico al Señor todos los días de mi vida.

Además de cumplir sueños en mi adolescencia..

Tales como: jugar baloncesto, ganar campeonatos colegiales a nivel nacional y representar a mi país a nivel juvenil y ganar medalla de oro en los juegos centroamericanos, realizados en la ciudad de Guatemala, Guatemala en el año 1984; Dios me concedió un sueño en mi vida laboral que me llenó de mucha satisfacción, no solo porque me desarrollé en el área que me gusta, si no más bien por ser testigo del poder de Dios. Fue allí donde comencé a conocer a quién ahora sirvo con gran amor y pasión.

Después de aceptar a Cristo como mi Salvador personal en el año 2001, Él abrió las puertas para mí, en el área laboral, desde mi promoción, hasta en el desempeño de mis funciones y  en agradecimiento le pedí me abriera el camino para servirle de la manera que le agradara  y trabajar  así para Él.

En respuesta a eso, su voluntad, fue que yo dejara todo lo que ya me había permitido conseguir  profesionalmente; así como también dejar a mis padres, hermana, familiares y bienes materiales.

Fue así como llegué…

A un país que desconocía, con el apoyo inicial por parte de la familia de mi esposo,  luego se fueron agregando mi demás familia en Cristo. Comenzar no fue nada fácil, aunque la confianza siempre estuvo en Dios, porque el cambio de vida y lo que yo llamo “viaje a lo desconocido”, fue la voluntad de El. Humanamente es incomprensible por todo el trayecto que hay que recorrer para conocer verdaderamente a Dios, para servirle, amarle y trabajar para El.

Ya que la única ciudadanía que aspiro poder alcanzar es la que obtendré cuando parta a su presencia. Mientras esté en este espacio físico, estoy  completamente bajo la voluntad de Dios, quién nunca me ha dejado sola y ha sido el total proveedor de todas y cada una de las necesidades de mi familia.

Como dijera el apóstol Pablo a los Filipenses  4:11-13, pero con mis palabras… “se vivir cuando hay, igual que cuando no hay”. Y no porque haya padecido de alguna necesidad, si no más bien porque cuando parecía que no habría, Dios trajo provisión en abundancia. Gloria a Dios por eso!

En cuanto llegamos a este país, El Señor puso en mi corazón  el deseo de escribir cada experiencia que tuviera con Él. 

Es así como inicié lo que titulé:

“Caminando por Fe”. Quiero sinceramente decir que al poco tiempo tuve que parar mis escritos, porque lo que me estaba aconteciendo a mi y mi familia no reflejaba que  Dios estaba conmigo. Parece que mi “Fe” estaba siendo probada, pero yo no comprendía, así como también porque es necesario padecer, para lograr conocerlo y poder contar todas las maravillosas formas en que Dios nos bendice, su especial cuidado y su gran amor para con todos los que le amen y le sirven de la manera agradable a El.

Pasaron 4 años desde  que suspendí la escritura, e inicié nuevamente a escribir; esta vez Dios puso en mi corazón escribir desde mi niñez y así lo hice. Sin embargo, después de cierto tiempo de estar escribiendo, llegó la duda a mí y el cuestionamiento de si era agradable a Dios o no?. Por segunda vez paré de escribir.

Finalmente

Dios tratando directamente conmigo y dándome instrucciones precisas de concluir mi escritura y no solo eso, compartirla para que otros sean bendecidos;  es así que reinicié la escritura nuevamente y estoy por concluir el libro que será titulado “Mi Transición” que cuenta la trayectoria en que Dios ha tratado conmigo. Como era mi vida antes de aceptar a Cristo y el cambio que poco a poco ha hecho en mi, describe el camino por el cual había de caminar para lograr reconocerlo, servirle y trabajar para El. Hoy puedo decir que Dios ha ministrado todas las áreas de mi vida. Todo por el poder de su amor!

Deseo aclarar que desde mi niñez he creído en Dios, puesto que mis padres se preocuparon porque mis hermanos y yo, desde temprana edad perteneciéramos a una religión y observáramos sus rituales sacramentales, así como sus tradiciones. Dios en su misericordia me guió por el camino correcto a seguir, después que puso en mi corazón el deseo ardiente de enamorarme de Jesucristo. El resto lo hizo El, a través de su Espíritu Santo obrando maravillosamente en mi.