Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre [2ª. Co, 9:7]. Todos tenemos algo para dar, sobre todo podemos dar tiempo al servicio de otros.
Todos los seres humanos ricos y pobres tenemos la capacidad de dar porque a todos nos ha dotado Dios de inteligencia, habilidades, dones y talentos. No hay escusa para no brindar algo a los demás, alguien podría decir no tengo bienes materiales para dar y si los tengo yo los necesito. Dios no espera que te desprendas de lo que posees, sino espera ver que tengas un corazon generoso y el dar no sólo consiste en bienes materiales. Podemos brindar tiempo al servicio de otros. Todos nos quejamos de no tener tiempo para hacer esto o aquello y hemos perdido de vista que debemos hacer el tiempo para dar, para aprender y desarrollarnos porque estamos viviendo tiempos difíciles, sin embargo no nos podemos cruzar de brazos y no hacer nada.
Abruptamente entramos a la Era de la Tecnología y mientras estemos en este mundo necesitamos RE-APRENDER. Hablando tecnológicamente, casi que nos tenemos que olvidar de lo aprendido y volver a aprender la forma de salir adelante en el día a día para lograr llevar a cabo ciertas actividades que requieren nuestra atención. No debemos ser negativos y aceptar que si estos cambios se han dado es porque Dios mismo ha permitido el paso a la nueva era, la cual da cumplimiento a su palabra escrita para quien no le conoce crea en El.
Hoy más que nunca se necesita dar a los demás y tarde o temprano nos vamos a enfrentar en una situación en la que se nos da la oportunidad de dar.
«Nótese lo escrito» -Se nos da la oportunidad de dar- debemos tomarlo como una bendición, un privilegio muy preciado cuando podemos servir a otros. Jesús nos dió ejemplo del servicio y en su palabra, instruía a los apostoles y les hacia una reseña a cerca de dar o servir:
Mateo 25:40
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
El estaba asociando lo terrenal con lo espiritual, para que sus discipulos pudieran entender que así trabaja Dios con nosotros. El nos bendice cuando damos con alegría a uno de nuestro prójimo. Nos desprendernos de algo que le sirve al otro y Dios se encarga del resto, como para que no te falte lo necesario; hasta que sobre y abunde para tí y tu casa. No se está refiriendo que te dará riquezas materiales, pero sí que será una riqueza espiritual, bendición en abundancia para que vivas en paz y con gozo en tu corazón.
Aunque es cierto que El es el dueño del oro y la plata, como también que bendice a quien El quiere. Por lo tanto, si es la voluntad de El también puede permitir la riqueza material, y a quien le sea permitido debe procurar actuar sensatamente, de acuerdo con la voluntad de Dios; para que el día de mañana no haya algo en contra y nos lleve a su palabra a la reseña del hombre rico cuya heredad había producido mucho, que estaba atesorando sólo para él y no queria compartir con su hermano lo que Dios le había permitido lograr. Jesús se refirió a ese hombre como insensato y antes de narrar la historia les hace la declaración: “guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lc.12:15)
«Si ha llegado a tu vida una situación en la que piensas que Dios no está contigo o te faltan las fuerzas para continuar, ponte en contacto con nosotros permítenos ser de bendición y orar por ti. Ve a contactos y déjanos tu petición»
Hemos oido decir…
“Dando es como recibimos” Yo lo he podido comprobar en el caminar con el Señor, que aún de lo necesario para los gastos, El Señor pone en mi corazón bendecir a alguien -al principio lo hice con un poco de duda, pero con mucha alegría de hacer feliz a alguien más- me sorprendí al ver la forma en que Dios trabaja. De la misma manera que Dios tocó mi corazón para dar, así mismo tocó a otros para desprenderce de algo y bendecirme. La mayoría de veces la bendición para mí ha venido de personas inconversas.
Dios es maravilloso, porque tambien extiende la oportunidad a personas que no le conocen, para que ellos puedan dar y bendecir a alguien; estableciendo de esa manera una “alianza” entre el que da y el que recibe, para que en sus oraciones el que recibió, se acuerde de su prójimo que le bendijo y pida al Padre que está en los cielos que le bendiga atrayéndole hacia los pies de Cristo.
“Es mejor dar que recibir” es absolutamente cierto! Nadie puede dar lo que no tiene, de manera que si poseemos algo, tenemos algo para dar. Desde ese punto de vista damos porque hemos recibido de parte de Dios y no por nuestro propio esfuerzo. El nos ha bendecido no para atesorar la bendición, acumulando para nosotros mismos, sino para ser de bendición a otros.
De esto hay muchos ejemplos Bíblicos:
José, fue vendido por sus hermanos y siendo esclavo, no se limitó en el servicio a otros; siendo esclavo no tenía bienes terrenales, pero poseía lo que Dios le había otorgado espiritualmente, le había dotado de inteligencia y además le dió un don de interpretar sueños y los puso al servicio de los demás, guardándose de no caer en tentación y fue fiel a Dios en todo y eso agradó a Dios y le bendijo grandemente, no para sentarse sobre la bendición atesorandola solo para él, sino más bien, por medio de él fueron bendecidas muchas familias de una nación extraña a la que fue vendido e incluso para aquellos que le habían ultrajado y habían procurado su muerte. Pero todo estaba dentro del plan de Dios para enseñarnos a través de la vida de José que es posible agradar a Dios aún en las circunstancias adversas y de dolor que nos puedan llegar a nuestra vida.
Nunca debemos olvidar que siempre tenemos algo para dar, dar alabanza a Dios en todo momento; darle a El un poquito de lo mucho que nos ha dado y luego dar a nuestro prójimo. Para quien no cree que Dios trabaja de esa manera, Dios mismo nos reta en su palabra…
Siempre que haya un corazon agradecido, habrá el deseo de dar con regocijo, primeramente a Dios, para que su palabra no deje de ser expandida y puedan muchos ser salvos a través de oir la palabra y luego a nuestro prójimo. Te animo a confiar y creerle a Dios, porque El te ama y sus pensamientos para tí son pensamientos de paz, el quiere bendecirte en todas las áreas de tu vida; nunca te rindas y mantente confiando en Dios y El hará.
«Queremos orar por ti, para que Dios obre en tu vida de una manera muy especial. Déjanos saber de ti, ve a la parte de contactos llena el formulario o escríbenos»
Dios te continúe bendiciendo!