El artículo anterior, nos deja saber que somos amados, Tú eres amado! desde antes de nacer ya eras amado por nuestro Padre amoroso Dios y siempre a cuidado de tí, aunque no creas en El.
El amor de Dios es para todos, nos hizo a su imagen y semejanza; para El somos de gran valor. Ese amor es el que conmovió a Dios para enviar a su hijo desde el cielo a la tierra, para darle oportunidad a la creación perfecta de El, o sea nosotros, a fin de que podamos vivir sin la culpa que recayó sobre nosotros después que Adan y Eva pecaron contra Dios. La desobediencia de ellos nos marcó a todos sin excepción alguna y para ser libres de culpa debemos aceptar lo que Dios nos ha ofrecido con mucho amor; a su hijo Jesucristo. El lo envió para que todo aquel que en El cree no se pierda, más tenga vida eterna. (Juan 3:16).
No es casualidad que haya varios versículos en la Bíblia que nos aconsejan a cerca del amor. Amar a otros como a nosotros mismos, pero antes nos dice: “Amaras a Dios sobre todas las cosas”. Lo hace en forma mandatoria, de modo que no tenemos opción, no se trata de si queremos o no. Esto es para nuestro propio bienestar, ya que haciendo esto seremos felices y estaremos en paz con Dios y los hombres:
En el libro de Mateo, capitulo 22:37-40, Jesús confirmó lo que había dicho Dios: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, este es el primero y grande mandamiento, y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
Eso significa que para dar cumplimiento a la palabra debemos enfocarnos en esos dos versículos, Debemos amarle de la misma manera que El nos pide, El ejemplo claro a cerca de eso lo podremos observar que no impotando cual sea la acción, decision o planes a realizar en nuestra vida; antes de llevarlas a cabo meditaremos si es agradable a El. De esa manera honramos a Dios primeramente y luego a nuestros padres.
debido a que no podemos verle cara a cara, El por medio de su Espíritu Santo inspiró a hombres para escribir todo lo que nos ha querido comunicar y la única manera de saber plenamente lo que a Dios le agrada es leer las escrituras; La Biblia es la palabra de Dios, ahí Podemos conocer la historia y las experiencias que nuestros antepasados tuvieron con El. Nos describe el final de quienes no siguieron los consejos, así como las victorias alcanzadas por los que sí le creyeron y siguieron los consejos; a fin de alcanzar la felicidad plena que no es momentánea o pasajera. Es ahí donde aprendemos a amarlo y confrontamos nuestra conducta a través de la palabra. Entonces reconocemos que debemos hacer ciertos cambios porque nos deja claro que nuestro actuar no es del todo agradable a El. Luego viene un despertar de nuestra conciencia y nos permite darnos cuenta que somos valiosos, que somos amados, y que nos creó tal y como somos, sin haber cometido ningún error, su palabra nos dice: “Porque Tú formaste mis entrañas; tu me hiciste en el vientre de mi madre”, “Mi embrión vieron tus ojos…” (Salmos 139:13,16).
Seguidamente a eso, para cumplir el Segundo gran mandamiento; meditaremos si nuestras acciones no ofenden o dañan a los demás “nuestro prójimo”. Como hijos de Dios, lo amamos a El, nos amamos a nosotros mismos y debemos amar a los demás; y en cuanto dependa de nosotros, debemos procurar el estar bien con todos y porque no; procurar el bienestar y la felicidad de los demás; siempre y cuando dependa de nosotros. Romanos 12:18 nos dice: “Si es possible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”.
Si amamos a nuestro semejante debemos ser honestos y evitar ciertas practicas que crean malos habitos como son:
Tomar ventaja de situaciones que han dejado vulnerable a nuestro prójimo.
Favorecer únicamente a quienes sean cercanos a nosotros, ignorando el potencial de aquellos que se mantienen distantes.
Hacer comentarios a cerca de nuestro prójimo, que le hacen estar mal ante los demás; es mejor aclarar con él cualquier desacuerdo.
La palabra de Dios nos da muchos consejos a cerca del amor, el capitulo 13 de 1a. de Corintios, habla extensamente a cerca del amor : “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”
Hay una frase que dice así “del amor al odio hay un solo paso”, pero la Biblia nos dice: ”El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas” (Prov. 10:12).
Las Sagradas Escrituras nos dicen que procuremos agradar a Dios en todo para que nos vaya bien en la tierra y alcanzar una vida eterna llega de gozo al lado de El. Aunque muchos viven como si no existiese vida después de la muerte, la realidad es que pensar eso, solamente es una excusa para vivir desordenadamente; ignorando una de tantas advertencias que Dios nos hace: “No os conformeis a este siglo, sino Transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobeís cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:1-2).
Es bien importante reconocer que quien no ama a Dios, no se ama a sí mismo; y si no se ama a si mismo, tampoco podrá amar a los demás. Las pautas han sido dadas, tú decides!